No hace muchos años, la energía era un monopolio natural. Esto significa que la competencia en el sector era muy limitada, casi inexistente. Es por eso que en los 80 se inició en España un proceso de liberalización. Sin embargo, hay partes del sector energético que, por su naturaleza, aún necesitan ser reguladas. Es por eso que la ley hoy en día separa las actividades reguladas por el estado de las que pueden entrar en competencia.
Las actividades que aún requieren regulación son el desarrollo y la explotación de redes físicas de cables y gasoductos. Esto significa que se deben controlar el transporte de la energía y la operación del sistema, de los cuales se encarga la Red Eléctrica de España, y la distribución de dicha energía, responsabilidad de más de 300 empresas.
Habiendo regulación, se corre el riesgo de que se limite o se impida el proceso de liberalización, por eso se debe garantizar el acceso libre a estas redes. Este acceso se obtiene mediante el pago de unos peajes. Su precio depende de la potencia que se contrate y la energía que se gaste, pero siempre lo fija la CNMC, que es el órgano regulador del sector energético en España.
Además de garantizar el libre acceso a las redes físicas, hay otros instrumentos que fomentan la separación de actividades para un mejor funcionamiento del sector. Las leyes 17/2007 y 12/2007 separan de manera jurídica, contable y funcional las actividades reguladas (transporte y distribución) de las actividades que generan competencia (generación y comercialización). Esto sucede principalmente en empresas de integración vertical, es decir, aquellas que realizan las cuatro actividades.
De este modo, se evita la subvención cruzada. En otras palabras, evitan que se use el dinero de las actividades reguladas para financiar las de competencia y viceversa. Si esto sucediera, sería perjudicial a la hora de asignar los costes entre ambos tipos de actividades: afectaría, por un lado, a la libre competencia y, por otro, a la retribución de actividades reguladas.
Una de las formas en las que se separan estas dos clases de actividades es la gestión independiente de los activos de red, separada de las otras actividades que integran el grupo verticalmente. Esto funciona mediante 3 actividades:
- La gestión independiente de las actividades reguladas, incluyendo los recursos que se destinan a ellas
- La prohibición de que los gestores de actividades reguladas participen en la gestión de actividades regularizadas
- Mantener la confidencialidad de información comercialmente sensible de las actividades reguladas
Además, se separan las actividades dentro del transporte en España mediante un Gestor de Red de Transporte. Se trata de una sociedad mercantil que construye, opera y mantiene las instalaciones de la red. Esta se asegura de que los usuarios reciban el suministro de energía, de que se realicen los intercambios entre proveedores y usuarios y de que se optimice la red de transporte.